A
veces me pregunto porque será que las cosas de la vida se dan de una forma y no
de otra.
¿Es para que aprendamos a manejarnos?, ¿es una lección?
No tiene sentido que lo sea.
Porque no pasó nada grave como para llegar a esa conclusión.
Solo que para algunos las cosas que pasan tienden a ser catastróficas, están por fuera de lo que se hace...
Está mal visto no tener una buena vida, un buen trabajo, una linda casa con quien compartir.
A veces pienso que esa gente que piensa así está un poco errada. La vida no se trata de lo material solamente, sino de poder estar bien con uno mismo.
La principal regla de este juego es esa. Si uno se encuentra perdido, abandonado y por dentro siente un abismo, de nada nos sirve tener todo lo demás.
A mi particularmente me está pasando eso. Hoy me siento perdida, no encuentro refugio y lo único que me mantiene cuerda son las palabras que me nacen con total naturalidad.
De ellas me sujeto, me mantengo fuerte y confió en mi sano juicio.
¿No alcanza?
Parece que no. Uno tiene que ser un superhéroe, sobrevolar la ciudad y combatir el hambre.
Hambre de poder, falta de conocimiento o de egoísmo extremo.
Aferrarnos a lo que nos gusta o nos da placer ya no es algo importante.
Siempre falta algo, siempre hay algo que está siendo juzgado…
¿Qué es lo que están buscando? Manden una señal, algo con lo que pueda identificar las demandas ajenas.
Ya no sé qué esperar del mundo exterior…
Mientras tanto intento mantener mi mundo interno en una sola pieza.
No quisiera ahogarme entre frases de esperanza que la misma gente me genera, cuando no solo está en movimiento ese pensamiento sino que nuestra mente ya está produciendo su propia creencia.
Y ahí es donde quería llegar.
Cuesta tanto pensar positivamente, confiar cien por ciento en lo que somos, a que venimos al mundo y porque estamos ahora en este lugar.
No se puede estar todo el tiempo en sintonía con las buenas energías. A veces necesitas del mal humor, de la ira, del enojo.
Uno va manipulando los hilos de su vida, de tal manera que todo lo que pienses de vos mismo va tomando forma.
Por eso es bueno de vez en cuando pedir en voz alta lo que queremos. Nosotros manejamos lo que nos llega, lo que no queremos, lo que deseamos.
Hay que ser más vivos.
Y a mí que tanto me cuesta pedir.
¿Es para que aprendamos a manejarnos?, ¿es una lección?
No tiene sentido que lo sea.
Porque no pasó nada grave como para llegar a esa conclusión.
Solo que para algunos las cosas que pasan tienden a ser catastróficas, están por fuera de lo que se hace...
Está mal visto no tener una buena vida, un buen trabajo, una linda casa con quien compartir.
A veces pienso que esa gente que piensa así está un poco errada. La vida no se trata de lo material solamente, sino de poder estar bien con uno mismo.
La principal regla de este juego es esa. Si uno se encuentra perdido, abandonado y por dentro siente un abismo, de nada nos sirve tener todo lo demás.
A mi particularmente me está pasando eso. Hoy me siento perdida, no encuentro refugio y lo único que me mantiene cuerda son las palabras que me nacen con total naturalidad.
De ellas me sujeto, me mantengo fuerte y confió en mi sano juicio.
¿No alcanza?
Parece que no. Uno tiene que ser un superhéroe, sobrevolar la ciudad y combatir el hambre.
Hambre de poder, falta de conocimiento o de egoísmo extremo.
Aferrarnos a lo que nos gusta o nos da placer ya no es algo importante.
Siempre falta algo, siempre hay algo que está siendo juzgado…
¿Qué es lo que están buscando? Manden una señal, algo con lo que pueda identificar las demandas ajenas.
Ya no sé qué esperar del mundo exterior…
Mientras tanto intento mantener mi mundo interno en una sola pieza.
No quisiera ahogarme entre frases de esperanza que la misma gente me genera, cuando no solo está en movimiento ese pensamiento sino que nuestra mente ya está produciendo su propia creencia.
Y ahí es donde quería llegar.
Cuesta tanto pensar positivamente, confiar cien por ciento en lo que somos, a que venimos al mundo y porque estamos ahora en este lugar.
No se puede estar todo el tiempo en sintonía con las buenas energías. A veces necesitas del mal humor, de la ira, del enojo.
Uno va manipulando los hilos de su vida, de tal manera que todo lo que pienses de vos mismo va tomando forma.
Por eso es bueno de vez en cuando pedir en voz alta lo que queremos. Nosotros manejamos lo que nos llega, lo que no queremos, lo que deseamos.
Hay que ser más vivos.
Y a mí que tanto me cuesta pedir.